Fueron la vuelta al lápiz y papel lo que permitió al Sistema Nacional de Salud británico poder reaccionar ante el ataque a sus ordenadores de pasado viernes 12 de mayo y otros muchos afectados hubieran deseado hacer lo mismo. De repente, la interconexión generalizada y total demostró su cara más peligrosa.
Un ataque a 200.000 usuarios principales, que el lunes 15 de mayo por la mañana serian muchos más al abrir sus ordenadores y comprobar que todo se había ido. El ataque afecto a 150 países de los menos de 200 que están representados en la ONU. Al parecer unas herramientas informáticas, Internal Blue, desarrolladas por la National Security Agency (NSA) para hacer ciberataques a otros en la darkweb, países o no, fue robado. Según sabíamos hace unas horas otra segunda herramienta, EsteeMaudit, también ha sido robada de la NSA para explotar las vulnerabilidades del software deWindows, en la manera que ordenadores en un sistema se comunican entre ellos. La NSA tiene al menos una decena más de este tipo de herramientas, que podríamos llamar armas. Bienvenidos al futuro. El gran salto de la interconectividad constante y acceso a la información por parte de todos, que caracteriza el principio del siglo XXI, cambia nuestras costumbres no sólo para bien, información gratis para todos, educación y entretenimiento sin fronteras, contactos globales; también tiene sus lados negativos.
Los primeros que aparecieron fueron la perdida de privacidad, querida o no, la eternidad de nuestro pasado, querido o no, la utilización del llamado big data, querido o no. No sabemos que se sabe de nosotros, probablemente todo, ni quien lo tiene, las compañías titulares o el Estado, y sobre todo para que. Una nueva generación que gusta de compartir, más o menos en abierto, su vida y sus experiencias de hoy, sin caer en la cuenta que la vida cambia y las cosas no se ven igual diez o veinte años más tarde, que el exhibicionismo de hoy puede ser insoportable mañana. La vieja carta en papel duraba un tiempo, solía destruirse a menudo pronto, pero sobre todo tenían acceso a ella el remitente y el destinatario. Hoy nada se destruye de verdad, en alguna nube están nuestros pensamientos y acciones de ayer y de hoy, a la cual pueden tener acceso varios legales, alegales e ilegales. Si quieres decir algo solo para otro no uses correo electrónico, ni teléfono; busca un parque y habla, escribe en un papel para sea roto una vez leído.
Caray es el mundo de los espías para todos. No hay que exagerar, es bueno tener el pasado almacenado y poder verlo, casi siempre. La utilización por otros de nuestra intimidad, de nuestros datos es cosa distinta. Recibir anuncios en función de nuestra ultima compra por internet es sorpresivo para nosotros y un gran negocio para otros. Monetizar el big data no es tan fácil, pero se va haciendo y se hará más segmentarío según nuestra propia información es el futuro presente del marketing, de las elecciones y de los inspectores de todo tipo. Protección de nuestra propia información demandamos, aunque esta por ver si se hace algo.
Pero la cosa no ha quedado hay. Muchas cosas buenas han seguido pasando en la comunicación en la red entre personas y su acceso por todos, inmensas posibilidades en el trabajo, a veces excesivas para las vidas concretas, también en el conocimiento y en la educación en todos sitios y a todas las edades. Gadgets caseros de todo tipo, para todo; robots para el trabajo, pero que no contribuyen a la seguridad social ni a las pensiones, coches con o sin conductor a bajos precios. Para sólo mencionar algunas cosas. Pero la mentira y el odio también se esparcen mejor. La información no tiene dueño pero tampoco autor, el trending topic marca las agendas sociales y políticas, los medios de comunicación no pueden ignorarlos en el aquí y ahora, sin capacidad para cotejar o reaccionar. Ya no se trata de mañana, el próximo minuto es demasiado tarde. Andy Warhol dijo que en”el futuro todo el mundo sera famoso 15 minutos” y acertó.
Saber lo que es mentira o no es una aspiración humana milenaria , se hará lo que se pueda. También se empieza a perseguir el odio y el insulto en la red, bien hecho una vez mas. Todos sabemos que los asiduos participantes en la red no son relevantes sobre el total de ciudadanos, pero su influencia es contante y nadie se atreve a ignorarla. Además esta la inmediatez, hay que decidir todo al ritmo que marca la web. El viejo Kissinger se preguntaba en su libro “Orden Mundial” si las decisiones de la geopolítica pueden hacerse sin meditarlas para acompasarlas a Twitter, se contestaba que no y que esa presión actual suponía un gran riesgo.
La transmisión y publicidad de los datos también han afectado a la justicia. En el “ancien regime” las pruebas obtenidas de manera ilegal afectaban a todo el procedimiento, la teoría del veneno en las raíces. Ahora los papeles de Panamá han ganado el premio Pulitzer, miles de ficheros en un pen drive obtenidos por un bufete competidor han resultado imparables. La lista Falciani cambia la teoría del Supremo español sobre las pruebas obtenidas de manera ilegal sino lo fueron expresamente para acusar;vale extorsionar, espiar, atacar para utilizar lo obtenido válidamente por la Justicia. ¿Y ahora después de los hackers de la semana pasada y los que vendrán que haremos con la información conseguida ilícitamente?
Tenemos cada vez más información disponible, pero cada vez menos garantías para proteger la información. Los servicios secretos de los Estados desarrollan decenas de herramientas por mor de la seguridad nacional. Los hackers, Shadow Brookers, roban un ransomware conocido como Wannacry, obtienen información a gran escala mundial, la venden y la usan. El Estado inventa unas herramientas para hackear y es hackeado con ellas. Snowden desde la embajada ecuatoriana en Londres, encerrado hace cuatro años, parece haber afectado a la campaña presidencial norteamericana. Nuevos y grandes poderes desde una habitación. Fuerzas inmensas que nos benefician pero también contienen riesgos. Nada nuevo en los saltos tecnológicos de la Historia, pero si cosas nuevas para nosotros aquí y ahora. Esto acaba de empezar.