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Si las intenciones del Gobierno chino se cumplen y su economía crece este año al 7% su aportación a la economía mundial será de 800.000 millones de dólares, aproximadamente el 40% del crecimiento mundial. La credibilidad de las estadísticas oficiales chinas deja mucho que desear y el consenso del mercado es que su crecimiento estará más cerca del 6% que del 7%. Estos crecimientos le permitirán crear a China alrededor de 50 millones de empleos en el año. Se calcula que si su crecimiento no baja del 5% podrá absorber la nueva mano de obra que aparece cada año.

Es pertinente poner ahora en perspectiva la economía China cuando hace un año que los mercados creyeron que iban a asistir a un aterrizaje brusco, que arrastraría a la economía mundial a una nueva crisis. Después de unas calamitosas primeras reacciones muy intervencionistas las autoridades consiguieron ir frenando el pesimismo, no tanto en base a grandes reformas y liberalizaciones sino más bien al viejo estilo con mas gasto público y más crédito. La comunidad internacional anuncio que su moneda, el reminbi, entraría en la exclusiva bolsa de monedas del FMI, pese a no tener una moneda totalmente convertible. Pero mucho depende de China en este mundo actual y no sólo económicamente.

Sus ambiciones de jugar un papel líder en el mundo se percibe imparable y los EE UU ya han tenido sus derrotas como en el Asian Infraestructure and Invesment Bank(AIIB), donde todos sus aliados le han abandonado para sumarse al Banco propuesto por China. Estos días Bloomberg ha sintetizado el problema chino : crecer ahora o hacerlo de manera sostenida y estable en el futuro pero ajustando a corto plazo. Para ser justos este no es un dilema sólo chino y los ciclos capitalistas indican que muchos países prefieren el pájaro en mano,aunque acaben después en una recesión.

Pero el tamaño de la economía de China hace que todo sea distinto que otros casos. Es ya la segunada economía del mundo, pero tiene el 25% del PIB per capita de EE.UU, sus costes laborales son ya superiores a los de Mexico, Bulgaria o Rumania. Su productividad es inferior a la de India, Marruecos y 1/12 de la de EE.UU,produce dos veces y medio el acero que la UE.

Aún con una moneda no convertible y una cuenta de capital controlada el reminbi ha ido de 6,1 por dólar hace un año a 6,7 ahora. Esto no es una muestra de confianza, pero tampoco de pánico. Las fuerzas del mercado se dejan sentir y eso es bueno.

Pero no es así en todo. Su nivel de endeudamiento privado no financiero, es decir empresas y familias, ha crecido 62,1 puntos de su PIB en cinco años, sobretodo en las empresas muchas de ellas estatales. Aquí las reglas del mercado están sometidas a la política. Tampoco es el único sitio donde sucede, pero el tamaño chino es más que relevante para la economía mundial.

El problema no es de solvencia, con unas reservas superiores a los tres trillones nortemericanos de dólares su capacidad financiera es inmensa, pero será doloroso cuando haya que utilizaras y las reservas pueden reducirse muy deprisa incluso en China, como se demostró el otoño de 2015. China, como antes Japon o Korea, va camino de un crecimiento sensiblemente inferior aunque sobre una base muy superior, por lo que su contribución a la economía mundial será todavía considerable, el más importante por mucho tiempo.

China esta gobernada por un partido único, comunista, que parece estar endureciendo más que otra cosa su control interno. Sin embargo la experiencia desde 1978 ha sido de gran habilidad en el terreno económico. La transformación y su apuesta por la estabilidad han sido innegables. El mundo le debe mucho por su actuación en la crisis asiática de 1998 y también diez años más tarde, en el 2008. No hay muchos precedentes, si hay alguno, de una economía de mercado eficaz sin una situación política democrática. La estrategia de incluir más y más a China en el liderazgo mundial parece la única eficaz y posible. El modelo del G7 fue superado por el G20 para asegurar la coordinación mundial. Pero China sabe que la histórica interrelacion entre el G7 sigue llevando la voz cantante. Su peso geopolítico y sus ambiciones no le van a hacer fácil liderar ningún grupo de países, aunque tiene y tendrá mucha influencia en muchos. El orden mundial esta obligado a hacer sitio a un gigante, cuyos problemas repercuten en todos, en filosofía tejana China es de los chinos pero sus problemas son de todos.