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La celebración del referéndum sobre el Brexit ha recordado a los mercados que los llamados “cliff events” están claramente sobre la mesa. La azarosa salida de la crisis financiera de 2007/8 ha exigido la puesta en marcha de extraordinarias políticas monetarias en todas las grandes economías cuyas consecuencias de tipos de interés negativos, compras masivas garantizadas de deuda publica y en parte también privada, sostenimiento del valor de activos, nos trasladan a un futuro con nuevas y desconocidas reglas macroeconómicas.

La celebración del referéndum sobre el Brexit ha recordado a los mercados que los llamados “cliff events” están claramente sobre la mesa. La azarosa salida de la crisis financiera de 2007/8 ha exigido la puesta en marcha de extraordinarias políticas monetarias en todas las grandes economías cuyas consecuencias de tipos de interés negativos, compras masivas garantizadas de deuda publica y en parte también privada, sostenimiento del valor de activos, nos trasladan a un futuro con nuevas y desconocidas reglas macroeconómicas .

Pero los llamados “cliff events” son otra cosa. En estos momentos son riesgos políticos que aumentan la incertidumbre y la volatilidad de los mercados financieros. En un plazo de pocos meses tanto la EU como EEUU han entrado en dinámicas políticas inesperadas. Como recordaba hace unos pocos días Larry Summmers, ex Secretario del Tesoro con Clinton; Donald Trump como Presidente de EEUU plantea muchos mas riesgos que el Brexit para la economía mundial.

De momento, la tan valorada independencia de los Bancos Centrales y su capacidad de establecer unas transparentes pautas de comportamiento están siendo notablemente reducidas. Primero fueron los mercados financieros los que a las claras limitaban la actuación ortodoxa de los Bancos Centrales. La FED ha ido posponiendo su normalización de sus tipos de intervención desde mayo 2014, cuando los mercados emergentes se desplomaron ante el anuncio del fin de QE. Mas recientemente la situación en China y ahora el Brexit indican que el tradicional introspectivo análisis norteamericano para fijar las condiciones monetarias ya no es lo que era (“el dólar es nuestra moneda , pero es su problema” se atrevió a decir John Conally, Secretario del Tesoro en los 70).

La semana pasada la FED volvió a retrasar una nueva subida de tipos, supuestamente por el Brexit. Pero en el plazo de pocas semanas su visión sobre la economía norteamericana se ha oscurecido. Los mercados apuestan ya por un 2016 sin subidas.

Pueden equivocarse, pero si no es así ninguna economía habría sido capaz de salir de las medidas monetarias extremas provocadas por la crisis. Mientras Japón, el pionero en este viaje (25 años de tipos por debajo del 1% para los depósitos bancarios) se estanca en crecimiento e inflación, el yen se aprecia extraordinariamente, pese a los tipos negativos y toda la deuda estatal comprada por el BOJ. Algunos piensan ya en alto que Japón pondrá en marcha medidas extraordinarias de una nueva generación, combinando expansión monetaria (compra de bonos) y gasto fiscal directo a los consumidores.

Con Brexit o sin él, la EU ha entrado en una nueva crisis, pero en la que el habitual “Europa se construye a golpe de crisis” no parece posible. La crisis francesa por enésima vez pone a prueba si la economía francesa puede cambiar . La siguiente pregunta es si la economía alemana puede cambiar, puede aceptar una revaluación interna como Irlanda, España y Portugal aceptaron una devaluación interna.

Cualquiera pensaría que una revaluación es más fácil que aceptar que una devaluación, pero el ordoliberalismo sobre el que se ha construido la nueva Alemania tendría que ser substituido. La asignación a Mario Draghi de la responsabilidad del aumento de la extrema derecha en Alemania por parte de Wolfam Schauble ha sido seguida por un ataque en toda regla desde el sector privado a la política de tipos bajos, negativos, que asusta a los ahorradores. Qué hacer con los casi 20.000 m € que se ahorra el Estado alemán al año por tener su deuda tan baja !!Cuantos querrían tener ese problema!!

Y volviendo al Brexit, las consecuencias económicas pueden tardar años en concretarse, según sea el acuerdo de separación entre UK y los otros 27. El margen es muy amplio: relaciones como con Noruega miembro de la EEA o en el otro extremo China, según la OMC de nación más beneficiada.