Cuando en 2013 los guardias revolucionarios islámicos iraníes entraron en guerra abierta en Siria para apoyar a un derrotado Bashar AlAssad, su jefe Ali Jafari dijo “nosotros no somos como los norteamericanos, no abandonamos a nuestros amigos”. Una frase más, pero estos últimos meses de 2016 han visto el triunfo de Al Assad, aceptado ya por Turquía firmando en Moscú una paz junto con Irán y Rusia.
El triunfo shia sobre sunni se ha producido. Irán es el poder regional, lo que EE.UU llevaba tratando de evitar desde 1979. Rusia, la gran ausente desde 1989, es hoy capaz de sentar a la misma mesa a Al Assad y Erdogan. Arabia Saudí, el gran aliado norteamericano desde 1950, anuncia que va deshacer sus inversiones en EE.UU.
La primavera árabe del 2013 ha sido anulada, menos en Túnez, la gran operación de democratización y modernización del mundo árabe impulsada por la OTAN ha resultado algo peor que un fracaso, un error. Israel ha tenido en la ONU su mayor derrota diplomática con la abstención norteamericana.
¿Y qué?
Económicamente EE.UU ha dejado de depender del petróleo importado, va camino de convertirse en el primer productor por encima de Arabia Saudí. El dólar es la moneda más fuerte de la economía más fuerte del mundo. La primera economía en desarrollo tecnológico, con la mayor cantidad de primeras universidades del mundo, todo ello con pleno empleo. Es el futuro.
Rusia mientras tanto esta totalmente dependiente del precio del petróleo y del gas, como Arabia Saudí, como Irán. Lo que les une, les separa. Sociedades autocráticas, en el mejor de los casos, que no pueden dar a sus ciudadanos el bienestar social y económico. El optimismo económico es máximo en las bolsas norteamericanas, el ahorro mundial quiere dólares con tipos al alza, Norteamérica aspira a ser el destino más atractivo para la inversión internacional bajo el presidente Trump y el Congreso republicano, con un gobierno de millonarios que promete gobernar para ganar en todos los campos como objetivo politico.
Siria será parcialmente gobernada por Al Assad, pero con una parte de su territorio en manos de guerrillas y una economía que ha retrocedido varias generaciones su futuro es muy preocupante. Ni Rusia ni Irán tienen recursos para ayudarla. Influencia económica y política se separan.
China
China, el país emergente más rico, mantiene su crecimiento, pero corre riesgos de una gran burbuja de deuda que se comerá una parte considerable de sus tres billones de dólares de reservas y ya lleva un año viendo el dinero marchándose ante la previsión de una moneda débil.
En 2017 puede ver bajar sus reservas a un nivel peligroso para sus necesidades y su estabilidad. Pero nadie duda de que China, gobierno y ciudadanos, tienen decision politica. El orden mundial cambia ante nuestros ojos. De los equilibrios westfalianos apoyados y explicados por Kissingenger nos adentramos en un desequilibrio entre decisión política y poderío económico. Lo que Ian Bremmer llama ya el G0.
Unión Europea
La UE, la gran beneficiaría de la ‘pax americana’, es la única que puede competir por el poderío económico con una moneda mundial, como lo demuestra su poderoso superavit exterior, ya que el mundo quiere dolares con intereses al alza pero prefiere los productos europeos. Pero para ello necesita superar sus instintos centrifugos. El año 2017 nos mostrara en este sentido muchas cosas, aunque en todo caso los europeos no tenemos ninguna gana de tomar decisiones geopoliticas. Las ultimas han sido Libia y Ucrania.
Putin, en su conferencia de prensa para cerrar 2016, ha reconocido la supremacia militar de Washington, pero también ha dicho que la decision politica rusa la hace no temer a nadie. Su interpretación de que la OTAN orquesto en 2013 un golpe antidemocratico en Ucrania al respaldar a los proeuropeos del Maidan frente al presidente Yanukovich, le llevo a tomar decisiones desconocidas en la Europa de los ultimos 60 años.
Decision politica por un lado y capacidad economica por otro una rara combinacion en la historia que puede dejar con la sensacion que esta dicotomia no durara. El hoy todo poderoso dolar impone su ley en paises desarrolados y emergentes ¿Estamos ante un preambulo de un Presidente Trump indiscutido, o es solo que los tipos son mas altos en EE:UU para compensar su deficit exterior?