Los terribles y dramáticos acontecimientos de estos últimos días ponen de nuevo de relieve las incertidumbres del panorama político mundial, a sólo un mes del Brexit.
Además y menos dramático desde luego, China ha perdido su posición jurídica frente a Filipinas en el Mar del Sur de China, una de las zonas más tensas entre soberanías.
Los mercados financieros han digerido Brexit con mas deudas públicas con intereses negativos que antes, 2 billones españoles en tres semanas, bolsas al alza sobre todo en EE.UU (récord histórico del S&P 500) y más dinero a los emergentes. Mientras como quien no quiere la cosa las agencias de rating aumentan el número de países a los que rebajan el valor de su deuda, aunque nadie parece prestarle atención.
Pero el calendario político y electoral es tan importante como lo que acabamos de vivir en este frenético mes de junio/julio de 2016. Nadie desde luego puede subestimar la crisis en Turquía , cuyo valor geopolítico la UE parece a veces olvidar.
EE.UU acaba de detener sus bombardeos sobre el ISIS y UE no tiene alternativa a la crisis de los refugiados sin el concurso turco. Descubrir que la influencia de Occidente es cada vez menor en uno de los países definidos ya hace 30 años como el Arco de la Crisis, siendo los otros Iran , Irak y Pakistán, hace pensar sobre la consistencia de la estrategia geopolítica de los países occidentales, sobre todo de la UE ensimismada una vez más en idealizadas estrategias. La oportunidad perdida para que la UE el pasado sábado hubiera respaldado decididamente el régimen democrático en Turquía es incomprensible.
Pero volvamos al futuro. El calendario político empieza esta semana en Cleveland con la previsible elección de Donald Trump como candidato republicano a la Presidencia de EE.UU, con el programa electoral más extremo desde hace más de 100 años y que abarca desde el tratamiento a sus minorías ,las relaciones con sus vecinos al libre comercio.
La famosa boutade de hace veinte años de que “los europeos somos de Venus y los norteamericanos de Marte “estaría a punto de hacerse total realidad. Trump empieza la campaña detrás de Clinton, pero no tan detrás. El consuelo del establishment republicano de que el Presidente, al fin y al cabo, no puede hacer lo que quiere suena pobre ante la previsible reacción del resto del mundo a la victoria de Trump.
Pensemos tan sólo en una OTAN con UK fuera de la UE y Trump de Presidente de Estados Unidos.
A la vuelta de este verano Renzi, en Italia, se enfrenta un referéndum de reforma política, que si lo gana supondrá una importante consolidación, pero si lo pierde daría paso a elecciones con un Movimiento Cinco Estrellas en cabeza en los sondeos.
También Francia tiene elecciones presidenciales y parlamentarias en 2017. Una Francia que esta demostrando una resistencia considerable y envidiable a la tormenta perfecta: varias huelgas generales, terrorismo constante y hasta batallas entre hoolingans ingleses y rusos durante el mundial.
Hollande y Valls parece que van a ser capaces de reformar el mercado laboral francés.Mejor herencia que la que recibieron y que podría recoger su antecesor Sarkosy o Marie Le Pen.
También hay fechas políticas con menos incertidumbres, vistas desde hoy. Alemania tiene elecciones generales en 2017. Hoy por hoy Merkel es la favorita. China cambiará en el 2017 a siete de los miembros del Comité Permanente del PCCh, consolidando el poder absoluto de Xi Jinping como Presidente .
El mundo, pues, será muy diferente en 12 meses. Para entoces idealmente la FED habrá avanzado en normalizar su política monetaria, con consecuencias sobre el dólar; la zona euro y Japón seguirán con sus QE, idealmente relanzando su inflación; China habrá estabilizado su crecimiento por encima del 5%; los flujos de capitales habrán vuelto a niveles normales en los Emergentes; todo esto si los acontecimientos políticos lo permiten.